Lilja se enamora de un brillante y atractivo joven universitario que cita a Derrida y prepara comidas vegetarianas. Muy pronto se encuentra atrapada en una dinámica de manipulación y maltrato psicológico, y entra en una vorágine de degradación personal y obsesión por complacerlo, una deriva autodestructiva de la que es consciente pero ante la que, aislada y humillada, no consigue reaccionar.