Una historia de poder, chantaje y corrupción
en la Cataluña de Jordi Pujol
En la Cataluña donde Jordi Pujol ganaba una tras otra las elecciones
y los medios construían la imagen de un oasis libre de corruptelas,
la trayectoria del periodista y abogado Alfons Quintà (1943-
2016) —literariamente reconstruida aquí por Jordi Amat— refleja
una perversa encrucijada de asedio y poder, dinero y tráfico de
influencias. Crecido a la sombra de Josep Pla y periodista de gran
prestigio durante la Transición, a lo largo de los años, gracias a su
conocimiento de las cloacas del poder político y financiero, Quintà
—artista consumado del chantaje, el acoso y la manipulación— desarrolló
una prestigiosa carrera mediática, llena, a la vez, de claroscuros
inquietantes. Fue el primer delegado en Cataluña del diario
El País, desde donde destapó el caso Banca Catalana; fue el primer
director de la televisión autonómica catalana (nombrado por cuanto
sabía de la trastienda del poder, según propia confesión); creó
asimismo El Observador, un medio afín al gobierno convergente,
cuya hegemonía terminó despreciando profundamente; y acabó
sus días, sin apenas ser leído, denunciando los recortes en sanidad
y la deriva del Procés. El trágico colofón a esta trayectoria se
producía en diciembre de 2016: Alfons Quintà, enfermo, asesinaba
de un disparo a su expareja y a continuación se suicidaba.