En 1925, Benito Mussolini se ha convertido en el presidente másjoven de la historia italiana. Ahora encara el siguiente paso de suproyecto: fundir su nombre con el de su propio país. Mussolini,fascismo e Italia han de ser una misma cosa. Pero la senda delautoritarismo no es sencilla: luchas internas en el PartidoFascista, duras batallas parlamentarias, la amenazarevolucionaria, la expansión territorial, una vida personal con lapompa y los vaivenes de una corte real y la nueva relación con unjoven herr Hitler, cada vez más popular. En 1932 se cumplen diezaños de la marcha sobre Roma, pero no hay tiempo para miraratrás. El futuro encierra una promesa brillante para el fascismo.