¿Y si una aldea perdida en los bosques de Polonia hubiese escapado milagrosamente
a los horrores del siglo XX? Partiendo de esta brillante premisa, Max
Gross ha urdido una ficción especulativa en la estela del mejor humor judío,
un cruce entre Woody Allen, Michael Chabon y La vida es bella por el que
obtuvo el National Jewish Book Awards.Los habitantes de Kreskol, un shtetl o
aldea judía, llevan más de cien años felizmente aislados del mundo: desconocen
el Holocausto y la Guerra Fría, e inventos modernos como el automóvil, el
smartphone o el saneamiento. Hasta que una disputa matrimonial los obliga
a entrar bruscamente en el siglo XXI. Una mañana, tras un amargo divorcio,
la joven Pesha Lindauer desaparece sin dejar rastro. Alarmados, los rabinos
encargan a Yankel Lewinkopf, el tonto del pueblo, que se aventure al exterior
para alertar a las autoridades. En su periplo, Yankel descubre la belleza y el
espanto de la vida moderna. Incapaces de creer su relato, los polacos lo toman
por loco y lo ingresan en un centro psiquiátrico. Cuando, finalmente, se compruebe
que dice la verdad, acaparará la atención de todos los medios. El encuentro
entre ambos mundos tendrá consecuencias dramáticas (y a menudo
cómicas) para los habitantes del shtetl, que deberán afrontar los oscuros orígenes
de su aislamiento y decidir si desean subirse o no al tren de la Historia