Melchor Marín se enfrenta al peor de sus
temores: la desaparición de su hija.
Años después de lo ocurrido en Independencia, Melchor Marín
ya no es policía: trabaja como bibliotecario y vive con su hija
Cosette, convertida en una adolescente. Un día, Cosette descubre
que su padre le ha ocultado cómo murió su madre, y este
hecho la confunde y la subleva. Poco después parte de vacaciones
a Mallorca, pero no regresa; tampoco contesta los mensajes
ni las llamadas de Melchor, quien, convencido de que algo
malo ha ocurrido, decide plantarse en la isla en busca su hija. A
partir de aquí la novela se adentra en un laberinto absorbente,
a la vez siniestro y luminoso, donde Melchor descubre que los
seres humanos somos capaces de lo peor, pero también de lo
mejor: que vivimos rodeados de violencia, mentiras, abusos de
poder y cobardía, pero también hay gente capaz de jugárselo
todo por una causa justa. Astuta y felizmente disfrazada de
trepidante novela de aventuras, El castillo de Barbazul acaba
de desenmascarar las novelas de la Terra Alta como lo que son:
el proyecto literario más ambicioso de Javier Cercas.