Un episodio olvidado por la Historia: una infancia que conoció la
crueldad, pero también el heroísmo y la esperanza.
Acabada la Segunda Guerra Mundial, las mujeres y los niños alemanes de Prusia Oriental quedaron
abandonados a su suerte ante el avance victorioso del Ejército Rojo. En medio de aquel terrible invierno,
las mujeres trataron de ayudarse entre sí, mientras algunos niños se atrevieron a cruzar los
bosques y la frontera para alcanzar Lituania y, una vez allí, pedir comida o trabajo a los granjeros y
traer de vuelta lo que consiguieran. Esos niños conocieron la crueldad, la violencia, pero también la
amabilidad y solidaridad, incluso el heroísmo. A esos niños los llamaron «los niños-lobo».